VIDA ARTÍSTICA

Fernando Picornell Cantero

"Trayectoria Artística, Pintura Realista e Innovación en el Arte Contemporáneo"

La vida artística de Fernando Picornell, comienza a la edad de siete años cuando una enfermedad llamada “velocidad”, lo tubo en la cama durante varios meses y su madre le compro un bloc de dibujo, y lapiceros de colores, esos fueron sus inicios.

Pero fue a la edad de dieciséis años cuando noche tras noche, entre sueños meditaba y pensaba que tenía que pintar que si era capaz de tapar puntos con los lapiceros o con el pincel que no sería capaz de hacer en una superficie mayor. Una y otra noche le volvía ese pensamiento hasta que decidió pintar su primer cuadro. La luna reflejándose en el mar en una noche cerrada. Un recuerdo de un día en la playa de los “Locos” en Torrevieja. El resultado fue lamentable y le costó dos años superarlo. Hasta que realizó un viaje a Madrid con el instituto y en el Museo del Prado, en la sala de Velázquez, junto a las Meninas había un personaje con las ropas en negro, que le decía “tienes que pintar”, “tienes que pintar”, era como si su mente conectara con esa figura y le comentaba esas palabras. “Tienes que pintar”, “tienes que pintar”.

Varios días dándole vueltas a esas palabras, escuchándolas mentalmente y analizando como debía hacerlo para que no fracasara como la vez anterior. De pronto lo tenía claro, había que dibujar primero y preparar las zonas para los colores.

En 1980 comienzo su primer cuadro, una vista del “ Jardín Juan Martínez Parras “ de Hellín, con edificios árboles, un anciano y un niño. En esta obra en la cara del anciano fue donde descubrí la pintura y la fusión de unos colores con otros.

Autodidacta, pintaba uno tras otro hasta que con veintisiete años en 1987 decidió mandar una vista del rio de Isso a la Iª Bienal de Albacete, donde Antonio López García era uno de los miembros del jurado. El cuadro le gusto y con el debajo lo selecciona entre 600.

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Todo esto anima a Fernando a estudiar la carrera, ya que, si Antonio López había visto algo en él, tenía la obligación de hacerla. Además, sabía que se podía pintar mejor y necesitaba que le enseñaran. Tras prepararse la prueba de acceso a Bellas Artes en 1988 e ingresar en la Facultad de Cuenca hizo primero que se le dio muy bien y decidió hacer segundo y la mitad de tercero. El tercer año hizo curto y la otra mitad de tercero que le quedaba. El cuarto año hizo quinto curso y dos asignaturas de cuarto. La licenciatura la saco en cuatro de cinco años que era. Una vez terminada la licenciatura en dos años hizo los cursos de Doctorado y leyó la tesis. En seis años ha realizado la carrera y es Doctor en Bellas Artes, no conocemos otra persona que lo haya realizado en este tiempo. En el año 1992 comienza con la serie de pintura sobre la tamborada y Semana Santa.

La pintura de Fernando con un carácter realista personal muy marcado a partir de aquí se suceden las menciones y los premios en concursos y certámenes a nivel nacional. VIII convocatoria de Artes Plásticas en Alicante, XI Muestra Pictórica Ciudad de Murcia, LIII Exposición Nacional de Artes Plásticas de Valdepeñas (Ciudad Real), etc.

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En su serie de cuadros pictóricos sobre el “Tambor” principalmente con tonos dorados y plateados encuentra que el metal recibe gran cantidad de reflejos y luces, siendo distintos el color centímetro a centímetro.

El tambor es actualmente de una forma hiperrealista el centro de esta obra, centrándolo y acompañándolo o rodeándolo de un entorno circunstancial o característico de la tamborada de Hellín. Recogiendo tantas situaciones de descanso o de paso de redobles por las principales calles del centro de la ciudad o el calvario.

Es una colección de pintura en la que aparecen por cuadro más de un solo tambor, en ocasiones catorce o dieciocho juntos, los que se observan cada uno con su propia personalidad, ya que, si en Hellín hay más de 30.000 tambores, ninguno es igual siendo únicos y personales. El dibujo es minucioso, metódico y precioso, pues la redondez de los aros o pieles se va aumentando en óvalos la mayoría de las veces al girar estos tambores o distribuirlos en otra posición, no frontal, todos ellos acompañados de palillos, cinturones, botas de vino, crucetas, etc. La sobriedad del color negro de las Túnicas se ilumina en la mayoría de las obras por los rojos vivo de los aros, los azules. Hablar de su pintura es hablar de tambores que contienen un magnetismo especial, el mundo del tambor y la semana santa es su tema estrella, pues su amor a este instrumento es un cariño con raigambre desde su nacimiento en el número 12 de la calle Rabal, frente al ayuntamiento de Hellín, “Ciudad de Tambor” y la segunda porque cuando pinta este instrumento tiene que analizar las zonas, las intensidades aumentando el trabajo antes de depositar el color en la tela.

Fernando entiende la pintura de diferentes maneras de representar, haciendo con espátula una segunda dinámica dentro de la colección general más libre de color, de sensualidad e imaginación, introduciendo sin mezcla limpia la tonalidad, consiguiendo mayor tensión, tirantez y definición entre unas zonas y otras.

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Son estos cuadros de la segunda fase un diferencial dentro de la obra, no el motivo, ya que, si se realiza primero la versión realista de un cuadro, una vez finalizado este se inicia la copia libre de color sobre el mismo tema. Dos versiones que dan paso a otra tercera fase análisis de nuevos procedimientos con óleo sobre papel, rompiendo la dinámica del pincel con cualquier objeto que cae en sus manos potenciando los colores, los azules del cielo o los amarillos de las cajas metálicas, mezclados con marrones u ocres del suelo o edificios que se aparecen dando esa vida y esa sensación de sentir la visualización de los momentos del toque del tambor.

Algo tendrá que ver ese latir las pieles desde niño batiendo las manos y los brazos para después sujetar los pinceles colocando los pinceles sobre el lienzo. Su pintura crea un estilo propio y personal siendo un lenguaje interno, seguido por alguno de sus alumnos. Estas intenciones se ven plasmado en esas pinceladas únicas que él nos comenta como solución “única y limpia entre la belleza y la materia”, ese ir del color mezclado en la paleta al sitio, no retocando, los aros los azulejos o cualquier parte metálica, etc., creándose unas veces nubes de colores, líneas densas con diferencias cromáticas, círculos envolventes de luz o cuadrados que difunden intenciones plásticas dando una inesperada creación de instantes. Una investigación diaria y continua dentro de la materia hacia la belleza.

Más Fernando es un pintor con recursos diversos, variados, hace de la creación su mundo, lo mismo pinta paisajes que marinas o naturalezas muertas en una abstracción personal del mundo que lo rodea. Cambiando de técnica o de soluciones pictóricas como un gran maestro, materia que imparte en la universidad.

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